Cáncer colorrectal enciende luz de alerta para autoridades de salud

 

El cáncer colorrectal ataca de manera agresiva en nuestro país, de acuerdo con las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se trata de la tercera causa de cáncer en Costa Rica y  solo en el 2015 se diagnosticaron 924 nuevos casos, por lo que existe la necesidad de trabajar en un abordaje para reducir el impacto de este tipo de cáncer en la población costarricense.

Para lograrlo, el Consejo Nacional de Especialistas en Cáncer del Colegio de Médicos y Cirujanos de Costa Rica, convocó a médicos especialistas nacionales y extranjeros al primer Simposio Internacional de Cáncer Gastrointestinal, el cual busca brindar a la población médica del país, los últimos avances internacionales en prevención y diagnóstico del cáncer gastrodigestivo, contribuyendo a un abordaje multidisciplinario de excelencia.

“El cáncer colorrectal debe ocupar un espacio importante en la agenda de las autoridades médicas ya que es uno de los que más ataca a la población costarricense sin distingo de género. Por ello, nos hemos dado a la tarea de abrir un espacio para el análisis de la enfermedad, coordinando sinergias, que permita a los especialistas que tratan esta enfermedad, dar un mejor abordaje de esta patología”, explicó Andrés Castillo, Presidente del Colegio de Médicos y Cirujanos.

El cáncer colorrectal es una enfermedad que se origina en el colon o en el recto y en la mayoría de los casos inicia como un pólipo, el cual es una masa anormal de tejido en la pared interna del colon o recto y que puede ser maligna.

De acuerdo con la Sociedad Americana contra el Cáncer, destaca que el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal equivale a uno en cada 21 hombres y una por cada 23 mujeres y según la OMS, alrededor de 693 mil personas mueren al año a causa de este cáncer y en Costa Rica fallecieron alrededor de 446 durante el 2015.

En su etapa inicial, el cáncer colorrectal no presenta síntomas, pero cuando avanza suelen darse las siguientes señales:

  • Sangrado rectal, heces oscuras o acompañadas con sangre.
  • Sensación que el intestino grueso no está vacío por completo.
  • Estreñimiento progresivo, diarrea persistente o heces más delgadas.
  • Presencia de dolores abdominales y cólicos.
  • Inexplicable pérdida de peso, vómitos y náuseas.

 

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