Cómo influye la alimentación en el envejecimiento

 

La manera en que nos alimentamos puede acelerar el envejecimiento de órganos y sistemas del cuerpo. Una dieta pobre en nutrientes influye directamente en el detrimento de la salud, aumenta el riesgo de sufrir enfermedades degenerativas como padecimientos del corazón, diabetes, cáncer, hígado graso, síndrome metabólico, presión arterial elevada y afecciones del sistema nervioso central.

De acuerdo con Maricel Cruz, de Consultas Nutrición, los siguientes son algunos hábitos alimenticios que pueden propiciar el envejecimiento prematuro:

  • Consumo de productos que aportan pocos nutrientes por ejemplo: alimentos light o bajos en calorías, sin grasas o azúcar, gaseosas, condimentos artificiales, jarabe de maíz alto en fructuosa, BHA, BHT (ingredientes artificiales).
  • Ingesta excesiva de azúcar y productos elaborados con ella.
  • Beber alcohol en cantidades altas y con frecuencia.
  • Si añadimos mucha temperatura en la cocción de los alimentos perdemos nutrientes, que son necesarios para mantener un organismo sano.
  • No es bueno reutilizar un aceite ya que este se oxida, además no se debe sobrecalentar hasta que llegue a punto de humeo, esto libera toxinas dañinas para el cuerpo.

Por su parte, la adecuada ingesta de vitaminas, minerales y antioxidantes contribuye a evitar el desarrollo de enfermedades, por eso se recomienda el consumo de alimentos crudos que dan más herramientas para evitar la oxidación de las células: frutas, vegetales, hojas verdes y hortalizas.

Existen ciertos alimentos que favorecen la juventud del organismo a continuación se presenta una lista y sus beneficios para el cuerpo:

  • Cacao: negro u oscuro, semillas de cacao. El chocolate tiene más de 30 sustancias antioxidantes como los polifenoles indispensables para la salud cardiovascular.
  • Cúrcuma: esta raíz se puede consumir fresca o en polvo, contiene curcumina y fitoquimicos, es un antiinflamatorio natural y tiene propiedades anticancerígenas.
  • Semillas de chía: alta en omega 3, calcio, magnesio, fósforo, sus ácidos grasos esenciales evitan el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, sus minerales reducen la presión arterial y el deterioro óseo.
  • Frutos rojos: como las moras y fresas, contienen flavonoides que son un potente antioxidante evitando que se dañen las células.
  • Brócoli: aporta vitamina C, ácido fólico, vitaminas A, B y C, es alto en fibra, se caracteriza por ser un potente protector de la piel y previene el cáncer de colon.
  • Coliflor: contiene potasio, fósforo, folatos, vitamina B y C, contribuye a la formación de colágeno y sus fitoquímicos que estimulan el sistema inmune.
  • Frutos secos: poseen altos índices de minerales, potasio, magnesio, zinc y selenio, mejoran el funcionamiento del corazón, previene el alzheimer, esclerosis múltiple y osteoporosis.
  • Noni y mangostán: son frutas llenas de vitaminas y minerales, pero principalmente antioxidantes, evitan el estrés oxidativo y previenen el desarrollo de cáncer.

Idealmente debemos consumir entre 60 y 70% de nuestra comida cruda y entre un 40 a 30% cocinada con un  tiempo y temperatura de cocción bajos. La alimentación debe ser natural, contener frutas y vegetales crudos en ensaladas, batidos, jugos, deshidratados, germinados, vegetales crudos marinados, taquitos con hojas verdes, semillas sin tostar y una ingesta baja de productos empacados, enlatados y procesados.

 

 

 

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